Cada semana se le ven gestos nuevos, se mueven más rápido, entienden más cosas... La verdad que desde el principio siempre ha sido todo muy intenso, pero ahora la intensidad es más "interesante".
Como ya va siendo habitual, unas cosas se hacen más fáciles y otras se complican. Si darles el biberón ya es un mero trámite (lo cogen ellos mismos), darles la papilla es una odisea porque no paran de moverse.
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