Desde el jueves de la semana pasada ya han pasado 6 días desde que Pau empezó a tener fiebre. Empezó a llorar y al final vimos que estaba muy caliente y le pusimos el termómetro. Después de eso todo lo demás ya lo veo borroso, como me pasa cada vez que se ponen enfermos (no detrás del otro): los días se hacen, si cabe, más eternos, y la atención absoluta para poder remediar cualquier cosa que se pueda y porque los peques lo que más quieren es cariño.
Tuvimos suerte y coincidió con la revisión anual del pediatra, el cual no los pudo vacunar por tener fiebre. Diagnosticó un cuadro vírico de laringitis (además de por los mocos blancos porque se lo habían contagiado ya el uno al otro).
Nos recetó el jarabe "ExpectoDHU" que es homeopático y el apiretal para bajar la fiebre. Como Marc acabó empeorando, volvimos y nos recetaron para los dos la estilsona, la cual ha marcado la diferencia para la recuperación. Y la vacunación anual que se retrasó un poco más.
Hoy ya no han habido fiebres y la tos (que nos ha tenido un par de noches en vela) ha remitido casi del todo. No obstante, aún hoy he tenido que hacer algún lavado nasal y algún otro cuidado de enfermera.
¡Los papis estamos destrozados, pero los peques por suerte mucho mejor!!!
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