sábado, 31 de enero de 2015

Semana 37 y 5 días: la cesárea de los mellizos

1. Cesárea de los mellizos

Marc y Pau pesaron 2800 y 2300 gramos respectivamente y nacieron el 29 de mayo de 2014 mediante una cesárea programada a las 38 semanas, por lo que no tuvieron que ir a neonatos.

Fue cesárea con intradural porque Pau venía de culo. Soy extremadamente aprensiva y, aunque no pasé en ningún momento dolor y duró la operación a penas media hora o 3 cuartos , estuve muy asustada todo el rato.

Al entrar en el hospital (la operación estaba programada a las 9h de la mañana) lo primero que me pusieron fue la vía por donde me suministrarían calmantes, etc... Fue bastante molesto porque me la pusieron en la mano (no sé el motivo). Entre tanto mi madre consiguió colarse en el box donde yo estaba la verdad que no sé cómo...

Luego vino en anestesista. Me hizo unas preguntas y quería ver los últimos análisis. Y también firmé los papeles como que estaba conforme de la anestesia que me iban a poner.
Después de esto me pasaron a mi al quirófano (caminando) y me senté en la camilla donde me iban a operar, esperando que viniera el anestesista en primer lugar y mi pareja, la cual estuvo durante toda la operación.

Pues bien, antes de pincharme la intradural, me anestesiaron la zona localmente. Después de esto, vi como el anestesista, aunque intentó esconder la aguja ENOOOOORME, preparaba la anestesia que me iba a suministrar.

La intradural, aunque noté como la aguja se iba metiendo espalda para dentro, no me resultó dolorosa. En cuanto me la pusieron me dijeron que subiera las piernas a la mesa donde estaba sentada y ya casi no me las notaba... Y en ese momento cogieron mi bata y la utilizaron para tapar y que yo no viera nada.

2. Manos a la obra 

Entró la ginecóloga y su ayudante y aún no había venido mi pareja, que se suponía que se estaba cambiando para entrar en el quirófano (luego me enteré que estaba esperando hacía ya rato). Esto me preocupó sobre todo porque el anestesista justo me dijo que en no más de 20 minutos los niños estarían fuera. Y la verdad que no se equivocó de mucho.

No sé en el momento en que los médicos me abrieron la barriga (mejor que no me avisaran!) pero cuando mi pareja entró ya estaban manos a la obra. Es una suerte poder estar acompañado dentro del quirófano, y más en una ocasión como esta. Mi pareja entró cuando ya habían empezado la operación (no quiso ver qué estaban haciendo los médicos!).

Primero sacaron al "grandote", Marc. Hubo un momento que vi como uno de los médicos se echaba encima mío y note algo de presión en la barriga: creo que empujaba para que saliera. Marc venía de cabeza. En seguida que cortaron en cordón me lo enseñaron y se lo llevaron para lavarlo, pincharle la vitamina K y ponerle una pomada en los ojos. También los pesan y los miden, a parte de guardar en tejido del cordón y la sangre de éste, tal y como habíamos contratado previamente. Como estaba tan asustada el momento me resultó como de ciencia ficción: me estaban enseñando un niño recién nacido... y de color gris!!!!

Luego salió Pau, que por lo visto llevaba dos vueltas de cordón en el cuello (así que con la cesárea no hubo ningún problema para él!). Me lo enseñaron también y se lo llevaron para arreglarlo. Entre tanto y mientras imagino que sacaban placentas y acababan de coserme, oía a los dos niños llorar a lo lejos. Unos minutos más tarde, me acercaron a los niños unos pocos minutos para luego llevárselos para planta, donde me esperarían.

3. Después de sacar a los niños

Yo aún estuve un rato más en el quirófano, ya que el anestesista consideró que me iba a poner morfina intramuscular para que no notara nada cuando se me fuera la anestesia. Esto consiste en que te pinchan por cada costado (debajo de las costillas) con una aguja ENOOOOORMEEEE (pero claro, no notas nada porque tienes la anestesia aún) para ponerte el calmante dentro del músculo. Esto lo hizo el anestesista con la quirofanista y la ayuda de un ecógrafo. Cuando salí me estaba esperando mi pareja y mi madre, que me acompañaron en la camilla que me llevó a reanimación.

4. ¡4 horas en reanimación! ¡Sola!

Lo peor vino aquí: 4 horas de recuperación en reanimación sin ver a mis niños. Estaba desesperada por subir. Como me pilló la hora de la comida, creo que todo fue más lento: tardó en pasar el anestesista (que era el que dio el visto bueno para subir a planta) y la camillera que me tenía que subir (había otros libres, pero no subían a maternidad...).

Me sentí muy engañada, ya que le habíamos preguntado a la ginecóloga sobre esto y nos había dicho que en todo momento estaríamos los cuatro juntos. Podéis ver aquí qué pienso sobre este hospital.

Cuando me subían, paramos a recoger a los niños: fue el mejor momento del día! Entré en la habitación con los dos en brazos. Y en ese momento empezamos a conocernos :)). Desde el primer momento me parecieron los niños más guapos del mundo.

Luego, más adelante, cuando me puse a revisar las fotos de aquel primer día, pude ver como todo el mundo se había estado haciendo fotos con los niños mientras yo estaba en reanimación... ¡Qué rabia!

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