Cuando vi que se acercaba carnaval no le di mucha importancia y no pensé en disfrazarlos, ya que tampoco se iban a enterar. Pero a los pocos días pregunté para ver si alguien me dejaba algún disfraz. Pero sólo conseguí uno, por lo que decidí unilateralmente no disfrazarlos.
Pero mi pareja decidió que debíamos buscar otro disfraz y fuimos a buscarlo: al disfraz de tortuga se sumó el de mono. Así quedaba todo entre animales, que nos gustan mucho.
Y como todo les queda bien y están tan graciosos, pues ha sido divertido. Entre ellos se miraban un poco extrañados, pero tampoco mucho.
¡Hay que aprovechar mientras se dejen hacer de todo sin protestar!!
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